Sandra lópez
Cuando se habla de organizar una boda es inevitable pensar en la gran preocupación que será elegir el lugar y la comida ideal, la decoración soñada, la vestimenta deseada y los profesionales más capacitados. Pero, de todos estos aspectos a elegir, el que más causa preocupación es la elección de las invitadas especiales de la novia.
Y es que no es para nada fácil elegir las amigas, colegas de trabajo y familiares que podrán asistir a la boda, mucho menos tener que elegir quienes serán las afortunadas en ser la madrina y el grupo de damas de honor de la novia. Por ello, es importante tener en cuenta varios criterios que ayuden a elegir a estas invitadas especiales.
Se creería que elegir los invitados de una boda no tendría ninguna dificultad, no obstante, este pensamiento está alejado de la realidad debido a que involucra elementos relevantes como lo puede ser la convivencia entre los mismos invitados y la pareja (saber si no existirá problema alguno invitando a cierto individuo).
E incluso considerando la cantidad de invitados que manejarán contemplando en ello si asistirán niños o acompañantes; cabe destacar que la cantidad está estrechamente relacionada con el presupuesto de la boda y el tamaño del lugar donde se celebrará por lo que se deberá de determinar ambos factores para comenzar a elegir.
Pero, cuando todo está listo y falta la lista de invitados, ¿a quiénes se deberían de tomar en cuenta? Muchos sugieren empezar con un borrador individual donde anoten a aquellos individuos más cercanos, es decir, familiares inmediatos, amigos frecuentes, colegas de trabajo con los que tienen una amistad o con todos aquellos con quienes quieren compartir.
Una vez esté listo el borrador, se comienza a reajustar la lista de invitados unificando ambos borradores individuales para empezar a descartar y rectificar a los invitados; ¿a quiénes descartar? A aquellas personas prescindibles que puedan causar problemas, que no son cercanos o si no existe un compromiso de por medio.
De esta forma, será fácil manejar la lista de invitados en base a la cantidad establecida, el presupuesto, el lugar y aquellos invitados que más les agrade y, finalizada esta tarea lo único que restará será elegir a las invitadas especiales de la novia: a la madrina y a las damas de honor.
Además de elegir a los invitados, los novios deben encargarse de muchas tareas para tener una boda de ensueño y para ello pueden designar a un grupo de personas que los ayudarán a tomar estas elecciones y aligerar la carga del estrés y los nervios; pero ¿quiénes serán estas personas? En el caso de la novia serán las damas de honor y la madrina.
Y es que esta selección de invitadas especiales se ha convertido en una tradición de gran peso en estas ceremonias en donde no pueden llegar a faltar debido a que, además de una gran ayuda en la planificación de la boda y el apoyo incondicional de los novios, juegan un papel importante el día de la ceremonia.
Pero, ¿cómo se puede describir el papel que juegan cada una de estas invitadas especiales?
Esta persona será quien acompañará al novio al altar durante la ceremonia y, tradicionalmente, no realiza otra función más que esa a menos que los novios deseen que esta se haga cargo de, por ejemplo, ayudarlos a tomar decisiones con respecto a la ceremonia que se celebrará, la decoración, el lugar, los invitados, etc.
Y aunque tradicionalmente sea esa su única función, en la actualidad muchas personas le atribuyen a la madrina otras actividades a realizar y por las cuales los novios no deben de preocuparse. Un ejemplo de ello sería colaborar con la planificación de la despedida de soltera de la novia o el cortejo nupcial.
Usualmente la madrina suele ser la madre del novio. No obstante, no es obligatorio que la madre desempeñe este papel, siempre se tiene la opción de elegir a otra persona lo suficientemente cercana en quien puedan confiar para desempeñar este papel, siempre y cuando así lo deseen los novios.
Las damas de honor son las invitadas especiales más importantes para la novia debido a que de ellas recibirá todo el apoyo, ideas y decisiones en todo el proceso previo a la ceremonia e incluso luego de esta. La cantidad de damas de honor no tiene realmente un límite por lo que la cantidad varía de acuerdo a las exigencias de la novia y el lugar.
Esto debido a que en lugares pequeños, menor cantidad de personas, pero en lugares más grandes existe una mayor liberta en cuanto a la cantidad permitida. Ahora, teniendo tantas amistades cercanas y familiares, ¿a quiénes se les debe otorgar la oportunidad de ser dama de honor? Algunos sugieren que:
Es importante recalcar que sean únicamente personas de su entera confianza con las cuales no deban de preocuparse porque estas no realicen sus tareas asignadas, cada una de ellas deberá de tener el compromiso y las ganas de participar.
Así, aquellas que no quieran formar parte de este círculo podrán hacerlo tranquilamente sin ser juzgadas por dicha decisión.
Divertirse en el proceso siempre será un requisito y con estas invitadas, se espera que la boda no sea una carga más sino una experiencia llena de alegrías, mucho apoyo y de seres queridos.
La respuesta es sí, por supuesto que me desplazo, a dónde quieras, tu casa, hotel, Pazo, dónde estés y quieras prepararte.
Sandra.
Un gran día puede ser cualquier día en el que te despiertes con el guapo subido o, todo lo contrario, uno de esos días color gris apagado que no favorecen ni a tu sonrisa ni a tu estado de ánimo. Porque, antes de hablar de eventos especiales, quiero que sepas que tienes el derecho de sentirte especial en cualquier momento, tengas o no ese evento.
Porque la motivación más bonita para arreglarte de manera especial eres tú misma. Así que, por la razón que se te ocurra o por ninguna en particular, será para mi un placer ser tu maquilladora y peinar tu cabello, porque, juntas, le daremos forma a tus ilusiones. Siempre que quieras, podemos pasarlo muy bien.
Ahora hablemos de eventos especiales. Hay muchos en realidad, en la vida de una mujer un evento para ser celebrado a lo grande puede ser un cumpleaños de un año feliz o de difíciles pruebas superadas. Una cena de aniversario con tu pareja. Una comida entre amigas de esas que terminan de madrugada y entre risas. O una importante reunión de empresa, en la que unos potentes labios rojos conseguirán que tu voz se escuche más potente.
Por supuesto que ser invitada a una Boda es todo un evento que te brinda la ocasión de lucir tus mejores galas, de pies a cabeza. De ponerte ese vestido largo que tanto nos gustan, de atreverte con un maquillaje quizá algo más sofisticado de lo que habitualmente llevas. Me encanta daros ideas, en función de vuestras propias facciones, para que ese punto más de color nunca abandone la elegancia.
El peinado. Lo sé, es difícil contar lo que quieres, encontrar la foto de ese recogido que está dibujado en tu mente. Pero tengo una buena noticia para ti, se escuchar muy bien y soy una gran observadora. El resultado es un peinado en el que sigues siendo tú misma, pero que consigue hacerte sentir especial sin dejar de estar cómoda, porque vas a esa Boda para pasarlo muy bien.
Ambos, maquillaje y peinado, tienen que crear un todo, tienen que mostrar armonía en estilo, en formas, en dramatismo o sencillez. Y todo ello encajar perfectamente con la ropa y accesorios que hayas elegido para ese día tan especial. En esta página, en el apartado en el que hablo sobre mí, te cuento mis fuertes vínculos con el mundo de la imagen. Puedo asesorarte y estaré encantada de hacerlo, porque me apasiona.
Antes de seguir contándote, déjame responder a una duda que seguro ronda por tu mente. La respuesta es sí, por supuesto que me desplazo, a dónde quieras, tu casa, hotel, Pazo, dónde estés y quieras prepararte. Porque todo es importante, y el tiempo es un factor muy a tener en cuenta, así que, si alguien tiene que contar los minutos esa seré yo, a ti te toca disfrutar.
He de confesar mi debilidad por las Madres de las Novias, tal vez porque ya he podido realizar bastantes maquillajes y peinados para ellas. O tal vez, porque he tenido la fortuna de toparme con mujeres magníficas que han sabido estar sin estar, conscientes de que la protagonista era su hija, la Novia, pero queriendo estar fabulosas a su lado. Esa madurez elegante, esa belleza serena, ese temple. Reconozco que me encantan esas mujeres.
Rescatar rasgos escondidos por el paso del tiempo, devolverle la luz a la piel, sin excesos, con el máximo mimo y cariño. Cuidar de que ese peinado no ponga años, al contrario, que los quite. Que levante la mano la mujer a la que le guste sentirse mayor de lo que es (menos cuando tenemos quince años, claro), a ninguna. Pues eso, mi trabajo como maquilladora es sacar a relucir vuestra belleza natural.
Por descontado las Madrinas, más de los mismo, adoración. Llenas de nervios, porque además son parte activa de la Boda, son visibles ante todos los escrutadores ojos de asistentes ávidos de sorpresas. Sin lugar a duda, la madrina de una Boda merece una especial atención, un especial cuidado.
Siempre es importante tener en cuenta la exposición a fotografía que tenga cada invitada, asistente, cada mujer. Porque importa, porque no es lo mismo una prima tercera que la madrina o la madre. Ellas estarán en las fotos, fotografías profesionales que inciden sobre el pigmento. Por eso son maquillajes distintos, requieren más trabajo, a cambio, dan muchísima satisfacción.
En cuando a los peinados para una Boda, tienen que ser creados para soportar mucho movimiento y muchas horas, sin perder ese aspecto fresco al mismo tiempo que elegante. Me gusta crear texturas, imaginar recogidos que se adapten a cada mujer y a ese evento en particular que despierta tanta ilusión.
Cualquier accesorio para el pelo puede convertirse en un puzle imposible cuando los nervios campan a sus anchas. Ese es el escenario de una Boda ante el momento en el que la Madrina quiere colocarse su tocado con el estómago encogido mientras contempla a su hijo ya engalanado de Novio. Tranquilas, yo me ocupo. Me encargo de todo, y de asegurarme de que ese tocado, diadema, lo que hayas elegido, no se mueva del sitio.
Y podría seguir hablando sin parar porque me apasiona lo que hago, creo que se nota. Me apasiona ver crecer la ilusión en vuestros rostros, veros satisfechas ante la imagen que se refleja en el espejo, la vuestra. La imagen de unas mujeres felices de estar en su propia piel, sintiéndose tan especiales en un día maravilloso. ¡Vámonos de fiesta!